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La ofensiva europea

Franco con Oliverio Salazar, presidente de Portugal
�poca: Final franquismo
Inicio: A�o 1957
Fin: A�o 1975

Antecedente:
La pol�tica exterior

(C) Abd�n Mateos y Alvaro Soto



Comentario

El 9 de febrero de 1962 el Gobierno de Franco, a trav�s del ministro Castiella, solicit� del Mercado Com�n una apertura de negociaciones para la asociaci�n con vistas a una adhesi�n futura. Esta f�rmula ten�a implicaciones pol�ticas pues pocos meses antes la Asamblea Parlamentaria de la CEE hab�a aprobado el informe Birkelbalch, que establec�a que tanto la asociaci�n como la adhesi�n plena exig�an la existencia o la tendencia hacia un cierto nivel de desarrollo econ�mico, de compromiso con el bloque occidental y de sistema democr�tico. Aunque las expectativas de la mayor�a del Gobierno de Franco eran puramente econ�micas, puede ser que la elecci�n por Castiella de la f�rmula de la asociaci�n implicara una voluntad de apertura pol�tica del R�gimen.
La reacci�n de los Gobiernos ante la petici�n espa�ola fue positiva en los casos de Alemania y Francia, mientras que otras potencias europeas evitaron un pronunciamiento prematuro. Por el contrario, la petici�n de asociaci�n desat� r�pidamente campa�as de opini�n antifranquistas. No en vano en esas fechas se hab�an reactivado las comisiones para Espa�a de las Internacionales pol�ticas y sindicales de orientaci�n socialista y democristiana. Adem�s, el grupo socialista de la Asamblea Parlamentaria europea present� una moci�n que rechazaba siquiera el inicio de las conversaciones. No obstante, el Consejo de Ministros de la CEE realiz� un acuse de recibo de la petici�n del Gobierno de Franco y, en mayo, el Consejo de Europa recomend� alg�n tipo de asociaci�n econ�mica siempre que se aprobaran cambios pol�ticos. La coincidencia de la petici�n de asociaci�n con las huelgas generalizadas de Asturias y el Pa�s Vasco y, sobre todo, con la represi�n de los participantes en el Coloquio europe�sta de Munich, origin� una nueva campa�a internacional de condena contra el r�gimen franquista. Por ejemplo, las intersindicales presentaron una solicitud de una misi�n de investigaci�n ante las medidas represivas y varias quejas ante el comit� de libertad sindical de la Organizaci�n Internacional del Trabajo.
El cambio del Gobierno de Franco de julio de 1962 permiti� contrapesar algo la mala imagen internacional que hab�a tra�do consigo tanto la represi�n como las concentraciones y discursos de contenido antiliberal.
En enero de 1963 el Consejo de Ministros de la CEE trat� la cuesti�n espa�ola. El Gobierno de B�lgica fue el m�s beligerante contra la petici�n de Espa�a, alegando la falta de libertad religiosa de los no cat�licos. Lo m�s decisivo fue, no obstante, el veto de De Gaulle hacia la solicitud brit�nica de adhesi�n. Este veto paraliz� todas las negociaciones. Dos a�os despu�s de la primera solicitud, Madrid volvi� a insistir ante el Mercado Com�n. En julio de 1964, la respuesta de Bruselas se limitaba a aceptar la discusi�n de los problemas que el desarrollo del Mercado Com�n planteaba a Espa�a sin considerar la perspectiva de la asociaci�n. Aunque Castiella, cada vez m�s pesimista, sigui� buscando v�as para eliminar los obst�culos pol�ticos, las propias dificultades internas de la CEE, como la actitud francesa hacia el Reino Unido o la pol�tica agr�cola, reduc�an al m�nimo las expectativas espa�olas. Hacia 1965 qued� claro que no se pod�a esperar ninguna concesi�n pol�tica del Mercado Com�n. Mientras que los aperturistas del R�gimen hab�an esperado alg�n tipo de reconocimiento europeo que impulsara los cambios internos, las instituciones comunitarias exig�an reformas democratizadoras antes de la asociaci�n. Los lazos entre la dictadura de Franco y la Comunidad Econ�mica Europea habr�an de circunscribirse a las relaciones comerciales. Por fin, en 1967, cinco a�os despu�s de la primera solicitud espa�ola, la CEE ofreci� un Acuerdo Preferencial. Esta oferta europea, aunque era mucho mejor que un mero acuerdo comercial, ten�a un contenido exclusivamente t�cnico. Tras tres a�os de negociaciones, llevadas por el ex ministro Ullastres, en julio de 1970 termin� firm�ndose el Acuerdo Preferencial.

Im�genes

Alberto Ullastres, ministro de Comercio en el gobierno de 1957