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Acerca del alma llanera El maestro Pedro El�as Guti�rrez, quien naci� en La Guaira, Departamento Vargas (Hoy Edo. Vargas) el 14 de Marzo de 1870 y Muri� en Macuto, igualmente en Vargas, el 31 de mayo de 1954, fue un ingenioso m�sico. Debemos comenzar con resaltar su don musical que fue tal que a los 19 a�os de edad estrena su primera obra musical y el aquel entonces presidente de la Republica Juan Pablo Rojas Pa�l, quedo tan impresionado de su talento que le ofreci� una Beca para cursar estudio superiores de m�sica en Europa. Lamentablemente por oposici�n familiar declina la generosa oferta. Lo cierto es que de un texto del periodista y escritor Rafael Bol�var Coronado, este le dio m�sica como una zarzuela hom�nima e hizo un montaje en un acto y tres cuartos, el cual fue estrenada en el Teatro Caracas el 19 de septiembre de 1914, sin embargo me permito extraer unos p�rrafos interesante de manera de conocer de primera mano como fue esa noche del estreno, la cual comienza de esta manera: ..En el Teatro Caracas, inaugurado en 1854, nunca se hab�a visto nada igual como lo que presenciaron los parroquianos de hace 79 a�os, cinco a�os antes de que el venerable coliseo lo destruyera un incendio. Y jam�s hab�a o�do nada tan emocionante un pa�s que no llegaba a los dos millones y medio de habitantes. Pasar�an seis a�os en la popularidad creciente del joropo �Alma Llanera� para que, en el censo de 1920, Venezuela alcanzara la cifra oficial de 2.479.525 habitantes y Caracas la de 92.212, contando a un personaje muy popular � como antes del joropo ya lo era por sus valses y otras piezas-: el maestro Pedro El�as Guti�rrez, autor de tan notable partitura y sin contar � porque se hab�a radicado en Espa�a- el autor de la letra, el periodista y escritor Rafael Bol�var Coronado, arag�e�o �ste y guaire�o aqu�l: tan venezolanos ambos como la m�sica y el libreto. La noche del estreno En medio de bigotes kaiserianos o �a lo Clemenceau�, en medio de una u otra barbita �a lo boulanger�, bajo camaritas y pajarillas, frente a las pizarras de El Universal y El Nuevo Diario, german�filos y aliados, rebuscan argumentos en sus tenaces trincheras de cotidianas discusiones sobre el conflicto europeo. Pero el estreno de �Alma Llanera� lograba posponer artiller�as verbales en aquel atardecer caraque�o del a�o de desgracia universal de 1914. - Perd�name, vale, pero ma�ana termino de embromarte o acabo de convencerte... All� viene mi tranv�a y tengo que irme a casa �lej�simos: en La Pastora! para despu�s salir volando hacia el Caracas. -�Caramba, yo tambi�n voy a ver el estreno de esa zarzuela que anuncian: �Alma Lanera�, de Bol�var Coronado...! -S�: con m�sica del maestro Guti�rrez, que cada d�a est� m�s inspirado componiendo y tambi�n como director de la banda en las retretas de la Plaza Bol�var. Zarzuela en un acto El estreno de �Alma Llanera� � zarzuela en un acto, original de Rafael Bol�var Coronado (1884 � 1924) y Pedro El�as Guti�rrez (1870 � 1954) � constitu�a un atractivo m�s en las tandas del Teatro Caracas, el �viejo y querido Coliseo de Veroes�, en el decir de la cr�tica y en el sentir de los caraque�os. No solamente se estrenaba una zarzuela nacional con �escenas de la vida de las sabanas venezolanas a las riberas del Arauca� � como dec�a una gacetilla del d�a � sino que la obra estaba avalada por firmas populares. Dos personajes conocidos y con ambiente en la capital: Bol�var Coronado, de amplia labor period�stica, y el maestro Guti�rrez, con su amplio prestigio de compositor y su brillante batuta, tan famosa en los conciertos o retretas as� como en actos protocolares al frente de la Banda Marcial, de tan sonora actuaci�n en los fastuosos festejos del Centenario, en 1911. Adem�s, corr�a una �bola�, de esas de toda �ndole que jam�s han faltado en Caracas. Corr�a sobre algo �que no estaba en el programa� y que resultar�a noticia cierta, evidente, en medio de la funci�n: - La obra tiene un joropo y de seguro que lo baila Mamerto: el �negro� Mamerto. Era Mamerto un criollo refistolero, lo que se dice pimientoso, �m�s alegre que un cascabel�, seg�n ciudadanos de la �poca, coterr�neos y contempor�neos que no le olvidan chanzas ni andanzas, ni su chispa venezolan�sima de pies, ojos y lengua. �Ah, Mamerto! Figuras del reparto La interpretaci�n de �Alma llanera� estuvo a cargo de la compa��a espa�ola de Matilde Rueda, cuyo nombre resaltaba en las marquesinas del Caracas y gozaba de mucho prestigio en Venezuela. La primera actriz y directora de este elenco debe haber estado muy en su papel, pues Bol�var Coronado cuando edit� la obra, al a�o siguiente, (Tipograf�a Americana, 1915) le firm� esta dedicatoria: �A Matilde Rueda, que de tan humilde op�sculo ha hecho una llamarada de exaltaci�n y ensue�o�. Los primeros actores nacionales Jes�s izquierdo (1881 � 1937) y Rafael Guinand (1881-1957) destacaron en el reparto del estreno, que la calidad del joropo har�a hist�rico. Ellos no tendr�an problemas sino todo lo contrario con el criollismo de la obra: estar�an en su elemento cabal. Y admirar�an seguramente la adaptaci�n de los artistas espa�oles ante m�sica y libreto vern�culos, algo caprichoso �ste e inspirad�sima aquella De esa �Belle �poque� caraque�a y de esa obra circunstancial, de cuyo naufragio ante el tiempo se salv� como era natural el joropo esplendoroso, algo m�s supimos por los recuerdos de un poeta y escritor arag�e�o, paisano y amigo de Bol�var Coronado: Napole�n Acevedo, quien escrib�a mucho en la prensa local con el pseud�nimo de �Ren� Borgia�. En el aspecto favorable de una cr�tica a los esfuerzos literarios de Bol�var Coronado, el poeta Acevedo dec�a: �Era un escritor frondoso en estilo. En libros como �El nervio de la raza� abundaba en descripciones vibrantes de nuestra tierra arag�e�a... Una noche, en la m�nima Caracas de entonces, me habl� atropelladamente de una zarzuela suya, para la cual Pedro El�as Guti�rrez hab�a escrito una m�sica venezolan�sima. Despu�s de algunas semanas se estren� �Alma Llanera� con �xito largo y resonante de m�sico, no de comedi�grafo. Yo, que era poco aficionado a los joropos por haber pasado mi ni�ez en los Llanos, a la sombra del arpa de Juan Morales, me opon�a a esa modalidad... Sin embargo, el joropo �Alma Llanera� me sacudi� el esp�ritu, y as� se lo dije a Pedro El�as en la Plaza Bol�var. Con aquella sencillez suya me tom� del brazo y fuimos hacia el h�roe�. All�, bajo el majestuoso bronce de Tadolini, al lado del pedestal que sirve de patri�tica atalaya a la historia y a la gloria del Libertador, el venezolano inmortal que desde all� ha visto el crecimiento y el progreso de su Caracas natal, el m�sico le dijo al poeta: - Gracias por tu opini�n... �Has visto lo que puse en ese joropo! Veremos si tiene suerte... Casi medio siglo despu�s, comentaba Napole�n Acevedo: �Veremos si tiene suerte�... Y la tuvo. La m�sica fue ascendiendo, ascendiendo, hasta convertirse en una obra semicl�sica, la m�s representativa de Hispanoam�rica. La polvareda del �xito El polvo que levant� el joropo la noche de su estreno en las tablas hist�ricas y caraque��simas del Teatro Caracas, se extendi� como las sucesivas polvaredas de las veces que lo bail� Mamerto y las incontables que lo disfrut� todo el mundo en los arroces de San Jos� y San Juan. [b:5a4f3afd9d]Por ese camino de la popularidad plena, capitalina y nacional, vino la consagraci�n en las retretas de la Plaza Bol�var caraque�a y una costumbre infalible: que �Alma Llanera� se utilizara como broche de oro para funciones, conciertos y fiestas. Hasta en los bailes de la Casa Amarilla.El gran joropo hab�a nacido en el coraz�n de aquel libreto que a peninsulares y canarios y a criollazos como Guinand e Izquierdito, hac�a pronunciar con acento llaner�simo parlamentos como estos de un di�logo de Enriqueta y Rita, la tr�gica hero�na: -�Jes�s muchacha! Parece que nunca has d�o a un joropo! �Se vuelven locas las muchachas de ahora por esos bochinches! -Lo mismo ser�a uste! -�Calla la jeta, grosera! Expresiones como la de �m�s seco que tasajo de chig�ire en Semana Santa� y �sacar el verraco que se qued� atascao en la jorqueta� abundan en el curso de la zarzuela, que algunas veces hereda cierto tonito andaluz como en los t�rminos se��, barquin�, jojana y en muchos giros de conversaci�n. Eso s�: entremezclados estos con vocablos, modismos y refranes requetecrioll�simos, como confisc�s y confiscaos, barajo, espaviento, nariciao, � m�s pesao que una vaca torrealbera� o hace m�s bulla que �un pich�n de guaca�. De Venezuela pas� a Am�rica y del continente al mundo, como pas� de la pianola y el organillo a los primeros discos ortof�nicos y hoy anda de lo m�s orondo � vivo y alegre como nunca- en antolog�as de �long play� nacionales y extranjeros, interpretado por las mejores orquestas del mundo. Las andanzas universales de este joropo han hecho que se conozca bajo los m�s diversos cielos. As�, esta m�sica alegre y hermosa que emociona y ahonda ha originado nost�lgicas o euf�ricas emociones a venezolanos que la han encontrado entre Estocolmo y Buenos Aires, entre San Francisco y Damasco. Porque �Alma Llanera� tiene adem�s esa virtud: brota de repente, cuando menos se espera. A ello se debe su carta de universalidad. En otros casos a delicadezas de anfitriones, �maitres� o �barmen� que para nosotros los venezolanos tan viajeros como el mismo joropo- tienen un disco a mano, un pianista a la orden o una insinuaci�n a la orquesta: - Por favor: para los se�ores, que son venezolanos: � �Alma Llanera�! Extracto de la revista: Venezuela de ayer De la zarzuela al joropo �ALMA LLANERA� HIMNO POPULAR DE VENEZUELA Carlos Eduardo Misle/Caremis Este Art�culo del fallecido Carlos Eduardo Misle, resume de manera extraordinaria los primeros momentos de existencia de esta inmortal obra musical venezolana y el sentir, tan igual como en aquel tiempo como en el tiempo presente... Como siempre a sus ordenes para cualquier duda o comentario Jos� Felipe Luna 0414-4821723 [email protected] [email protected] � |
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